Crisis de consumo y cambios de hábitos culturales

De la recuperación pospandemia a la crisis de la inflación

Un reciente estudio del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes (CONCA) ha revelado datos preocupantes sobre el consumo cultural en Cataluña el año pasado. Cuando en junio de 2021 cayeron gradualmente las restricciones, se creía en un crecimiento exponencial del consumo, y sí, este se produjo, pero no con la intensidad prevista. La crecida fue del 16%, siete puntos menos que las pérdidas del 23% producidas a causa de la pandemia. Por tanto, el aumento existe, aunque este queda lejos de lo que clamaban las primeras previsiones. Algunos sectores han aumentado considerablemente sus ventas, como es el caso del sector del libro, en cambio, los museos solo han recibido al 23% de los visitantes respecto a 2019, en 2022 las cifras mejoraran, pero aún es pronto para saber su impacto. El cine es otra de las artes que ha sufrido considerablemente durante la pandemia y que hoy todavía no recupera los índices de 2019; últimamente hemos asistido también a la llamada de socorro del sector de las artes escénicas por la baja afluencia que registran las plateas. A todo esto, debemos añadir lo que hablábamos en un anterior artículo, la sobre programación de actividades que hay en el país y que mantiene en estrés al público potencial y cautivo que suele participar de la vida cultural y también a un cambio de tendencia de los hábitos culturales difícil de corregir y que empuja a determinados sectores hacia una crisis sistémica.

Foto de ian dooley en Unsplash


Cambio de hábitos de consumo cultural

El estudio del “CONCA” que antes mencionábamos, presenta determinados datos que apuntan hacia este cambio de hábitos de consumo cultural. Las conclusiones nos dicen que más del 66% lleva a cabo actividades culturales individuales en casa, leer, escuchar música, ver cine y audiovisual en plataformas o conectarse a internet, y solo el 33% va al cine, al teatro o asiste a conciertos de música en directo. Estos datos muestran un cambio de tendencia y últimamente el sector de las artes escénicas y el cine han alzado la voz para poner de manifiesto la dificultad de arrastrar a gente a las salas, auditorios y teatros. Este cambio de hábitos, sumado al desprestigio de la cultura, la enorme cantidad de gente que se mantiene el margen de la actividad cultural, nos presenta un problema a corregir.

La cultura en un contexto de inflación

No sabemos qué comportamiento tendrán los ciudadanos en cuanto al consumo cultural en un contexto de inflación, pero deducimos que no será un momento favorable y, por tanto, un sector que hoy ocupa un 5% del total de los trabajadores del país vivirá un momento de dificultad. Será necesario, pues, ser proactivo para paliar los daños. Desde los gobiernos hay que acelerar medidas que ayudarán a superar las adversidades que vienen, así de repente me viene la cabeza la nueva ley del patrimonio, la ley del cine, los cambios legislativos que favorezcan el mecenazgo y el patrocinio y sobre todo, ahora que tenemos un nuevo presupuesto a la vista, un aumento de la partida presupuestaria de cultura, a ver si llegamos de una vez al dos por ciento y nos acercamos a los estándares europeos, aquí dedicamos 139 euros por habitante a la cultura y en la media de la unión es de 218 euros. Nos jugamos mucho más que un tema meramente económico, nos jugamos hacer que una herramienta que nos permite entender mejor el mundo en tiempos de incertidumbre como es la cultura llegue al mayor número de ciudadanos posible. Creo que vale la pena tomárselo en serio.

@jdorcacosta

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