Aquellos que decíamos que la cultura tenía poderes curativos lo decíamos siempre en un sentido metafórico
Creíamos que nos curaba en un “sentido espiritual”. Leer, ver películas, contemplar piezas de arte, asistir a representaciones teatrales nos hace más felices, más críticos, más fuertes intelectualmente, pero ahora, algunos médicos constatan que la cultura también es curativa en el sentido literal de la palabra y algunos doctores en Canadá y el Reino Unido ya la prescriben como remedio. Qué gran noticia.
El doctor Caparrós (disculpen el homenaje) examina a un paciente, no dispone de más de 8 minutos, este es el tiempo medio por visita en Cataluña, ha emitido un diagnóstico y ha constatado que para acabar con sus molestias requiere de una dieta más equilibrada, también le extiende una receta con algunos medicamentos que debe tragarse antes de las comidas y otra con diez entradas gratuitas a los museos de la ciudad, visitas que le harán segregar más hormonas del bienestar que y ayudarán a encontrarse mejor. El señor Puigsec, así se llama el paciente, le dice si le puede cambiar la última receta por 10 excursiones en BTT (ahora llaman así a las bicis de montaña) por los aledaños de su casa. El doctor es taxativo, no, porque estas excursiones van acompañadas de determinados desayunos que le harían romper la dieta. “Vaya usted al Museo”, le ordena el médico con toda la vehemencia que le permite el minuto que le queda de visita.
Ya sé que les parecerá una “boutade” de quien les escribe pero estas situaciones se pueden dar muy pronto, porque al parecer ahora los médicos, están descubriendo que para generar endorfinas hay otras opciones que enviar a los pacientes a grandes almacenes deportivos a comprarse ropas estrechas y artefactos extraños para beber líquidos isotónicos y calcular pulsaciones, estas endorfinas se pueden generar también contemplando una obra de Jaume Plensa o Santi Moix, asistiendo a una representación de Álex Rigola o Mal Pelo, mirando una película de Carla Simón o Marc Recha y leyendo a Mar Bosch o Maria Guasch. Bienaventurados los que lo sigan este consejo porque se encontrarán mejor.
Los médicos canadienses y británicos recetan cultura para curar enfermedades
Todo esto lo escribo a raíz de una noticia que ha aparecido en los periódicos estos últimos días donde se explicaba que médicos francófonos de Canadá han llegado a un acuerdo con el Museo de Bellas Artes de Mont-Real para que los facultativos puedan recetar entradas gratuitas para aquellos pacientes que lo necesiten. Visionar obras de arte genera hormonas de bienestar y ayuda a los pacientes afectados de depresión y otras enfermedades de carácter psicológico y también a enfermos de diabetes, trastornos alimentarios e incluso cáncer de mama. Esta no es la única iniciativa, como avanzaba el secretario de salud del gobierno británico, Matt Hancock, los médicos de las islas podrían comenzar pronto a recetar cultura como terapia. Y en nuestro país el MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña) ha organizado un curso en este sentido que titularon Introducción Arts in Health. Creación y gestión de programas en salud mental: trastornos de ansiedad y depresión.
O sea que ya lo ven: la cultura nos cura, y no lo digo yo, lo dicen los médicos, y además la cultura tiene una ventaja sobre las medicaciones químicas, se puede auto recetar sin correr ningún riesgo, al contrario, todos son ventajas.
Jordi Dorca
Programador y responsable de comunicación del Museu del Cinema de Girona.
Miembro del consejo de redacción de Revista de Girona.
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